Impacto del Sueño en la Salud Cardiovascular
Un sueño de calidad y duración adecuada (para un adulto es de 7 a 9 hs) es esencial para la regulación del sistema nervioso autónomo, prevenir la inflamación, preservar la salud cerebral (mejor cognición, atención y memoria).
La alteración en la cantidad y calidad del sueño puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares mediante los siguientes mecanismos:
Alteración de la presión arterial: La privación del sueño se asocia con un aumento sostenido en la presión arterial, incrementando el riesgo de hipertensión.
Disfunción del sistema nervioso autónomo: La falta de sueño afecta la regulación del tono simpático y parasimpático, favoreciendo un estado de hiperactividad simpática que eleva la frecuencia cardíaca y la frecuencia cardiaca.
Inflamación sistémica: Los trastornos del sueño pueden inducir un estado proinflamatorio crónico, lo que contribuye al desarrollo de aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares.
Resistencia a la insulina y obesidad: La alteración del sueño está relacionada con cambios en el metabolismo de la glucosa y un mayor riesgo de obesidad, que son factores de riesgo clave en la enfermedad cardiovascular.
Mayor riesgo de accidente cerebrovascular
Patologías del sueño:
Apnea obstructiva del sueño (AOS): Caracterizada por episodios repetitivos de obstrucción de las vías respiratorias que generan disminución de oxígeno en sangre durante el sueño, esto activa una respuesta simpática en salvas con aumento de adrenalina por lo que la AOS se asocia con hipertensión, taquicardias, arritmias, mayor riesgo de infarto de miocardio y de insuficiencia cardiaca. Además, la AOS se relaciona con alteraciones de la memoria y la atención.
Insomnio crónico: La dificultad para conciliar o mantener el sueño se ha relacionado con una mayor incidencia de hipertensión y eventos cardiovasculares.
Sueño insuficiente (<7 horas por noche) o entrecortado: La restricción crónica del sueño se asocia con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, menor inmunidad, mayor inflamación y más mortalidad por eventos cardíacos.
Estrategias para la Prevención y Mejora del Sueño
Establecer horarios regulares de sueño.
Evitar la luz brillante (blanca o del espectro azul) desde las 19 hs (si no es posible cumplir este requisito, unas gafas que bloqueen la luz azul)
Cenar 3 hs antes de acostarse, dejar de mirar pantallas 1 hora antes, leer un libro con luz cálida
La temperatura de habitación debe estar fresca (19-20 grados C)
Reducción del estrés: Técnicas como la meditación y la terapia cognitivo-conductual pueden mejorar la calidad del sueño y reducir el impacto en la salud cardiovascular.
Actividad física regular: El ejercicio favorece una mejor calidad del sueño y tiene un impacto positivo en la salud cardiovascular.
Evitar sustancias estimulantes: Reducir el consumo de cafeína, alcohol y tabaco, especialmente en las 3 horas previas al descanso
Tratamiento de trastornos del sueño:
La identificación y tratamiento temprano de la apnea del sueño mediante el uso de equipos de Presión positiva en la vía aérea (CPAP), revertir el insomnio y el sueño entrecortado o de menor duración de 7 hs mejora, son medidas fundamentales para reducir el riesgo cardiovascular.
Si estás teniendo problemas cardiovasculares no dudes comunicarte con nuestro equipo de profesionales.
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